Organizado por la asociación cultural Kurruskla, y enmarcado dentro de los actos del II Día de la Indumentaria Roncalesa, la villa de Isaba acogió el pasado 30 de julio la recreación de una boda a imagen y semejanza de las que se celebraban en el siglo XIX.
Cientos de personas fueron ese día testigos de una ceremonia excepcional en la que se cuidaron todos los detalles con minuciosidad. Iker Bueno e Ilaski Baraze se convirtieron en protagonistas de una boda ficticia cuyo guión fue elaborado con una fidelidad total al Manual Romano de la Iglesia Católica, vigente en el siglo XIX, y que además venía respaldado por la descripción que en 1898 publicó el escritor vallisoletano Francisco Fernández Villegas, que fue testigo de excepción de la celebración a finales del XIX de una boda en la iglesia de Isaba.
No faltó la víspera la celebración multitudinaria de la ronda de los novios, ni faltó de par de mañana el bando que anunciaba la ceremonia. Y en la ceremonia tampoco faltó un clero correctamente ataviado con prendas litúrgicas de la época, ni un sacristán portando la Cruz parroquial, ni unos monaguillos, ni unos padrinos y unos novios de riguroso negro, y un centenar largo de trajes roncaleses, y cientos de personas ataviadas de blanco y negro.
En la ceremonia, debidamente interpretada por un narrador, se alternó el latín, el español, el vascuence roncalés, el vascuence alto-navarro, y el batua. El órgano barroco, las campanas, las viejas oraciones roncalesas, la recuperación del portapaz, la capa pluvial, la bendición del pan (rosco)… fueron algunos de los aditivos que le dieron autenticidad decimonónica a esta recreación etnográfica que vino a mostrar cómo era una boda hace 120 años, dividida en dos partes: el rito matrimonial que se celebraba en el exterior de la iglesia (arras, anillos, etc.), y la misa de velación con la imposición del velo, que se hacía en el interior. Esta última parte culminó con la bendición nupcial, en la que se usó la fórmula en vascuence alto-navarro, dando así a conocer el documento más extenso que de este dialecto se conoce y que se ha descubierto ahora durante la preparación de esta boda.
Iker e Ikasli, tras pasar en la iglesia de novios a marido y mujer, asistieron en la Plaza de la Constitución al baile del ttun-ttun que se hizo en su honor; presidiendo también, junto a los padrinos, la carrera del rosco que protagonizaron los mozos solteros.
La celebración del II Día de la Indumentaria Roncalesa se completó con la presentación y muestra, en el anfiteatro de Isaba, de todas las variantes de la indumentaria roncalesa.