El Departamento de Memoria y Convivencia, Acción Exterior y Euskera, a través de la Dirección General de Memoria y Convivencia y del Instituto Navarro de la Memoria, ha lanzado una campaña para acercar a la ciudadanía 11 rutas por el Pirineo navarro, recogidas en el proyecto Fronteras de Hormigón, que permiten aproximarse a una de las manifestaciones represivas del régimen franquista, el trabajo forzado de miles de trabajadores y combatientes republicanos.
El proyecto Fronteras de Hormigón, que se ha ejecutado en el marco de un convenio de colaboración con la Secretaría de Estado de Memoria Democrática, consiste en la adecuación, limpieza y mantenimiento, señalización y balizamiento de las estructuras defensivas construidas por mano de obra forzada en el contexto de la fortificación de la frontera pirenaica, un megalómano proyecto del franquismo. De esta forma, se han diseñado por ahora once itinerarios (aunque está previsto alguno más), como las carreteras de Lesaka a Oiartzun, de Irurita a Artesiaga y de Igal/Igari a Vidángoz/Bidankoze, o los búnkeres de Bera, Legasa-Bertizarana, Muskilda, Erratzu y Otsondo, entre otros. Son rutas convenientemente señalizadas con paneles y balizas, acompañados de sus respectivos folletos que informan tanto de las características del recorrido como de las estructuras comprendidas en cada recorrido, y de información complementaria en la plataforma www.espaciosdememoria.com. Cabe destacar que los elementos informativos se han diseñado con criterios de accesibilidad universal y han sido fabricados por empresas locales.
El proyecto Fronteras de Hormigón
El proyecto “Fronteras de Hormigón” arrancó con la exposición del mismo nombre, que propone un itinerario de memoria por dos infraestructuras defensivas, construidas durante la Segunda Guerra Mundial, que casi llegan a tocarse en la desembocadura del Bidasoa: el Muro Atlántico y la Fortificación del Pirineo. Ha estado abierta al público en Pamplona, Bera, Elizondo, Estella-Lizarra, Isaba/Izaba, Marcilla, Ochagavía/Otsagabia y Zizur Mayor, además de la UPNA y otros centros educativos; y también en Bruselas, así como en Portbou, Maule, Baiona y Oloron-Sainte Marie.
La recuperación, limpieza y adecuación ha sido desarrollada en varios campos de voluntariado juvenil que el Instituto Navarro de la Memoria ha organizado junto al Instituto Navarro de Juventud desde 2016, en lugares como Auritz/Burguete, Erratzu, Igal/Igari, Lesaka, Eugi, Otsondo e Isaba/Izaba; así como de actuaciones locales, como la que se realizó en Ochagavía/Otsagabia entre alumnado de la escuela y personas voluntarias del valle.